Primero Argentina. 

Juventud mileitrumpista

Viviana Isasi

15 de noviembre de 2024

El mileitrumpismo es una nueva identidad política del segmento sub35, donde “el sueño de la Argentina de los abuelos es posible”. Una generación que juega fuerte y lo deja claro, para la cual las promesas de progreso nacional son reales y valen con peso sagrado.

 

Estamos en momentos donde ciertas palabras se hacen oir. Significantes que estaban vacíos fueron llenados, y “casta”, “ser nacional”, “sueño americano” y “Hacer Argentina Grande Otra Vez” forman un lenguaje. Esto permite soñar a una generación envalentonada por ser el nuevo actor político argentino. Los sub35 valoran la palabra empeñada. Si prometés, cumplí.  


Los sub35, que siendo el 40% del padrón electoral argentino lograron cambiarle el voto a sus familiares y amigos en la última presidencial e hicieron ganar a Milei, encuentran una identidad política acorde en el mileitrumpismo. Que es la búsqueda de un liderazgo que viene a dar una mano para poder progresar en tu propio país.


Había algo latente en este público, que se resistía a pensarse en términos de desigualdad de oportunidades y prefería soñar y equipararse a la experiencia norteamericana. Un patrón más cómodo para los sueños de grandeza que trae una generación muy aspiracional, donde nadie quiere mirarse en el espejo de sociedades empobrecidas y  estigmatizadas, y todos buscan asimilación en la Make America Great Again. ¿Y quién puede juzgarlos? Los padres y abuelos admiran esas garras que le faltaron a ellos para ir contra las reglas laborales famélicas, modelos de familia “disimulados”, “odiosas comunicaciones correctas” y tanto más. Estos nuevos públicos electorales incluso entienden mucho mejor lo que el peronismo toma de Stuart Hall, al buscar el escenario de lucha en la cultura. Porque es ahí donde puede ganarse o perderse. Porque en el relato se pone en juego la verdad, y además, si eso no sucede, lo demás importa un pito. Si bien votaron por Milei se estarían aferrando a ideas que conectan más con el peronismo original que, como dice Julio Burdman, “está de moda en todos loados, incluso en EE.UU.”.


Este público milieitrumpista comulga con el libreto de Trump, porque es amigo de los grandes empresarios tecnológicos –amigo del mismísimo admirado Elon Musk- y habla del endurecimiento de la política migratoria (primero quiero salvarme yo). Habla del proteccionismo económico del país, y del sueño de un gran país. Porque al igual que los espectadores de la tragedia griega que lloran con Antígona aunque ya sabían el final de la obra, estas palabras poéticas, valen, encarnan y significan mucho más de lo que quieren decir de modo inmediato.  


Como ha quedado demostrado, en la última elección argentina, la palabra “progreso nacional” tiene para las nuevas generaciones la densidad y el valor de lo sagrado. Suena como un grito desesperado para los desahuciados del pasado reciente. Por esto también lo votaron a Trump los jóvenes de entre 19 a 29 años que antes habían votado por Biden: por el mismísimo sueño americano de sus abuelos.


Esta identidad mileitrumpista se identifica con la libertad de elegir, que se emparenta con la promesa de recorte presupuestario a “escuelas con juventudes adoctrinadas”. Con la vuelta a los valores y tradiciones nacionales, y con la socialización provocativa de las redes y el pensamiento crítico. "Volver a poner a los padres a cargo y darles la última palabra sobre los asuntos educativos en EE.UU." tiene mucho que ver con los posteos de juventudes mileístas: “no necesito otros padres”.


El deleite está en estos perfiles de jugadas plenas. Resulta muy interesante el video de campaña de septiembre de 2023, donde Trump propone cerrar el Departamento de Educación y devolver "toda la educación y las necesidades educativas a los estados porque saben administrarlo". Del mismo modo, Milei inauguró esta discusión en Argentina donde los deja en aprietos a los gobernadores brabucando ahora por exceso de federalismo.


En definitiva, este público nacionalista, tecnológico, audaz y divertido estaba preparado para volverse dueño de otro ser. Ahí estaban los mileitrumpistas: para tener estos líderes.